MI LIBRO "HISTORIAS DE BARRIO Y HOJAS SUELTAS"


HISTORIAS DE BARRIO Y HOJAS SUELTAS - Kizoa Movie Maker

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domingo, 30 de septiembre de 2018

¡SORPRESA DE CUMPLEAÑOS!


Marta pidió permiso para salir dos horas antes del trabajo, quería darle una sorpresa a su pareja en el día de su cumpleaños, pensó que podrían ir a cenar juntos, así que muy contenta se dirigió a casa.
Una vez en ella, introdujo la llave en la cerradura sigilosamente con el fin de sorprenderle, pero unos gemidos le llegaron desde el dormitorio, se detuvo incrédula tratando de agudizar el oído ¡No podía ser! las piernas comenzaron a temblarle y casi paralizada se fue acercando poco a poco a la puerta que la separaba de aquella habitación, la misma que tantas noches había compartido con el amor de su vida.
Pegó la oreja a la madera y casi cae desvanecida, oía a su pareja gimiendo –Aggg, aggg, no te tuerzas, así no entrará bien- Luego una voz femenina – Aggg, aggg, un poco más, un poco más, aggg, aggg, empuja, empuja fuerte, no te detengas, ya casi, ya, ya, si, siiiiii – Marta no pudo aguantar más y abrió con furia aquella maldita puerta y allí, mirándola, sudorosos y un tanto desconcertados, los halló a los dos de pie. Él se le acercó sonriente a la vez que se limpiaba el sudor, y… - Hola cariño ¿cómo es que has venido hoy antes? – Y sin esperar respuesta – Ven, te voy a presentar a mi hermana, acaba de llegar de Estados Unidos, ha querido darme la sorpresa por mi cumpleaños y mira ¿te acuerdas de aquel viejo arcón del cual tanto te hablé y que deseaba adquirirlo? pues me lo acaban de traer, es un regalo de ella y no te puedes imaginar lo que nos ha costado llevarlo hasta este lugar, hemos sudado la gota gorda, ¡no veas lo que pesa! Pero...cariño ¿te encuentras bien? Te noto muy pálida...

(Rosa Estorach / 19-09-2006)

miércoles, 12 de septiembre de 2018

EL MAR O LA MAR

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Vi con qué dulzura...
besabas el borde
de tu manto de arena,
y cómo lo bañabas
dejando tu fragancia.
Vi también...
como tu color
se iba intensificando... 
como anuncio 
de la nueva estación.
Pronto te agitarás
y mostrarás... 
tu peor aspecto,
más a mi... 
no me importa,
porque cuando se ama...
se ignoran los defectos,
y yo te amo... 
en las mil formas
que tomes.

(Rosa Estorach - 03/09/2018)

lunes, 10 de septiembre de 2018

LA HAMACA

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Era sábado, se había levantado temprano y se sentó en el porche para tomar el café, el olor a hierba mojada por el rocío le resultaba tan agradable después de toda una semana de estresado trabajo, que aquellos momentos eran para ella como estar en el paraíso.

El rumor del río era la única compañía que tenía junto a la arboleda componiendo el paisaje que la rodeaba, era tal su espesura que casi ocultaba la cabaña a los visitantes que no la hallaban hasta casi llegar a su entrada.


Moviendo la hamaca en un delicado vaivén y en su ensimismamiento no se había percatado de la visita, allí, en el sendero a solo unos metros de ella un hermoso caballo castaño amorcillado con los crines brillando al sol; pensó que estaba solo pero justo detrás asomaba la figura de su jinete que caminaba a su lado. Quedó impresionada, era alto, moreno y el ala del sombrero hacía un poco de sombra en su rostro. Enfundado en un ajustado pantalón vaquero, calzando botas y polainas de cuero así como zahones de ante, a juego con el chaleco que cubría parte de la camisa a cuadros; muy sonriente se le acercó a saludarla,

– Hola, no sabía que esta cabaña estuviese ocupada.

– Bueno, llegué anoche – le contestó ella y poco más... las miradas hablaron por sí solas, era como si se conociesen de toda la vida…

Estaban cenando a la luz de las velas, una suave música de fondo les fue envolviendo en un aura de pasión que difícilmente pudieron controlar… de pronto, abrió los ojos y se dio cuenta que permanecía en la misma hamaca…

Sus horas de ocio habían tocado fin, con su mochila a la espalda y caminando hacia la salida oyó una voz que la llamaba- ¡Señorita! Se ha dejado el folleto que pidió – ella se giró y subiéndose las gafas de sol con cierta delicadeza, le sonrió cogiendo los papeles a la vez que rozaba sus manos... quedando embelesada ante la mirada seductora del monitor de equitación…

(Rosa Estorach - 17/11/2006)