Su corazón,
rosa encarnada,
brillando en todo su esplendor,
al poco…volviose opaco su brillo.
Sus pétalos,
arrancados sin compasión,
ni tan siquiera sus espinas…
pudieron protegerla de tan gran dolor.
Ahora,
sólo permanece unida
a un quebradizo tallo,
convirtiéndose en un triste muñón.
Espera paciente
que llegue el momento…
de su inminente derribo,
convirtiéndolo… en su triunfal
liberación.
(Rosa Estorach 27/10/2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario