Volveré mi mirada hacia ti,
recorreré tus rasgos desgastados
por el pasar del tiempo.
Buscaré en ellos...la huella
de un pasado tan doloroso
que aún corroe tus entrañas.
Es tiempo de olvidar,
de extender las alas
y buscar nuevas ilusiones.
Nada es para siempre
porque para siempre es dolor,
y el dolor enferma, envejece.
Hay que arrancar el anclaje
y no recrearse en el camino
al cual ya no se ha de volver.
Es tiempo de aligerar la mochila,
de disfrutar del nuevo recorrido
que se abre ante nosotros.
Qué importa si lo que nos resta
por caminar es largo o corto,
lo que importa es que gocemos
de cada segundo de nuestro existir.