Y de pronto,
sin saber como...
se encontró con la luz,
era una luz tenue,
pero había caminado
tanto tiempo entre tinieblas...
que se le antojaba
de una intensidad cegadora.
Siguió caminando
entre los murmullos...
que no podía ver.
Jamás... sintió tanta paz.
Se aproximaba a la meta
en la que esperaba, impaciente,
una anciana de cabellos de plata.
Extendió sus manos hasta ella...
buscando el refugio ansiado,
el refugio que mucho tiempo ha...perdió.
El arco iris se irguió a su paso...
dándole la bienvenida...
por su nuevo despertar.
(Rosa
Estorach - 21/12/2017)